Batalla Campal (Pastor Alejandro Roncancio)
Batalla Campal (Pastor Alejandro Roncancio)
I Iglesia ETP
, 25 agosto 2025
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56:44

Mateo 6:27 “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”

Vivimos en la era de la inmediatez, hoy puedes pedir comida desde el celular y en minutos llega a tu puerta, puedes hablar en tiempo real con alguien al otro lado del planeta y hasta pagar las cuentas sin salir de casa. Pero, paradójicamente, aunque la vida es más “fácil”, nunca antes habíamos estado tan afanados, ansiosos y preocupados.

Un estudio reciente muestra que millones de personas padecen ansiedad crónica y que la principal causa es la incertidumbre económica y el futuro incierto.

Hemos llegado a un tiempo donde el afán se ha vuelto un estilo de vida, la gente corre, se levanta temprano y se acuesta tarde tratando de alcanzar algo que parece escaparse siempre de sus manos. Muchos viven esclavos del “¿y mañana qué?”… y mientras tanto, el presente se les escurre como agua entre los dedos.

La preocupación, el afán y la ansiedad son un verdugos silenciosos, roban la paz, roban la fe, y roban la confianza en Dios, nos hace creer que todo depende de nosotros y nos desconecta de la voz del Padre. Y lo más grave: la preocupación, el afán y la ansiedad no solo enferma el cuerpo, también seca el alma, podríamos afirmar que, la preocupación, el afán y la ansiedad son los males de este mundo, se convierte en el enemigo espiritual número uno de este siglo y esto hace que día a día vivamos una batalla campal en nuestra mente.
 ¿Cuántas veces te has sentido atrapado por la preocupación y los afanes de la vida? Jesús lo resumió en dos aspectos básicos:

  • Te preocupas por la comida, el vestido, el trabajo, la salud, la familia, la vejez, los hijos…
  • Sientes vives corriendo detrás de algo que nunca llega.

Mateo 6:25 dice “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida…”, Jesús no da un consejo psicológico, sino un diagnóstico espiritual, Él no está minimizando nuestros problemas, Él no está diciendo que no planeemos para el mañana, Él no está diciendo que debemos tener una actitud despreocupada e irresponsable que no provee para el futuro, de hecho la Biblia menciona el caso de la hormiga en Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. Se trata de prevenir, no de predecir, por lo tanto es necesario que entiendas que la preocupación y el afán no es la solución; prevenir es sabiduría, afanarse es muerte y destrucción. La prevención mira el futuro con responsabilidad; la preocupación lo mira con ansiedad, Jesús nos enseña que la preocupación no resuelve nada: no es la solución, es el síntoma de un corazón que no confía plenamente en Dios.

  • Prevenir: Es algo sano y bíblico: planear, ahorrar, trabajar, ser diligente, como lo enseña el ejemplo de la hormiga en Proverbios 6:6-8. Eso es lo correcto.
  • Predecir: Es lo que hacemos cuando nos preocupamos con ansiedad; imaginamos el futuro como si supiéramos lo que va a pasar (y casi siempre es negativo). La preocupación no previene, sino que pretende anticipar lo que podría ocurrir, llenándonos de miedo e incertidumbre.

Jesús no está en contra de la prevención, sino en contra de la preocupación, el afán y la ansiedad.

El Señor no nos diseñó para vivir con el corazón cargado de ansiedad, preocupación y afán, Jesús en Mateo 6, levanta una voz profética que atraviesa los siglos y resuena hoy para ti y para mí: “No os afanéis…”, no es un consejo ligero, es un mandato del cielo, porque el afán es una cárcel, pero Cristo vino para abrir la puerta de esa cárcel para que seas libre.

La preocupación, el afán y la ansiedad son enemigos espirituales que tenemos que combatir día tras día, Jesús lo declaro en el libro de Mateo 6:25-27 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”

La palabra griega para “preocuparse y afanarse” es “merimnáō”, que significa “estar dividido por dentro”. 

  • La preocupación, el afán y la ansiedad hace que el corazón se parta en dos: una parte quiere confiar en Dios, pero la otra quiere controlar el futuro.
  • La preocupación, el afán y la ansiedad no forman parte de los sentimientos de alma, son espíritus inmundos que esclavizan al hombre: Quita la paz, roba la esperanza y nos hace vivir como  huérfanos, olvidando que tenemos un Padre celestial que está dispuesto a pelear por nosotros.
  • La preocupación, el afán y la ansiedad se convierten en una oración sin propósito, en lugar de decir “Dios proveerá”, niega la eficacia de Dios para proveer.

Jesús nos da dos ejemplos con respecto a afanarnos para tenerlo todo:

  • Las aves del cielo: no siembran ni cosechan, pero el Padre las alimenta. No significa que no trabajen; significa que trabajan sin ansiedad, ellas tienen que trabajar para conseguir su alimento todos los días.
  • Los lirios del campo: no hilan ni se esfuerzan por vestirse, y aún así Dios los adorna mejor que a Salomón.

Si Dios cuida lo pasajero "aves y flores” ¿cómo no cuidará lo eterno, que eres tú, hecho a su imagen? Por lo tanto la preocupación, el afán y la ansiedad nacen cuando olvidamos cuánto valemos para Dios.

La raíz de la preocupación, el afán y la ansiedad es la incredulidad y el control del futuro, en Mateo 6:30 Jesús dice: “Hombres de poca fe”; creer mas en la crisis, que en el creador, queremos garantías humanas de que todo saldrá bien, en vez de descansar en la fidelidad de Dios, por lo tanto Jesús es enfático en afirmar en el verso 27 “¿Quién de vosotros podrá añadir un codo a su estatura con afanarse?” La preocupación y el afán se convierten en elementos inútiles ya que desgasta, pero no soluciona.

Si quieres ganar la guerra contra la preocupación, el afán la ansiedad es necesario:

  • Reconozca la causa de su preocupación: Jesús dijo: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿no hará mucho más a vosotros? Y al final dice el Señor: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” No se preocupen, no se afanen, no estén ansiosos, porque la preocupación, el afán y la ansiedad no alargan tu vida, traen muerte, oscuridad, destrucción.
  • Mide el costo de la preocupación, el afán y la ansiedad: Hay dos estadios:
  • Las cosas por la podemos hacer algo para solucionarlo.
  • Las cosas por lo que no podemos hacer nada.

Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”, búsquela hasta encontrarla, sino, no se preocupe, la preocupación, el afán y la ansiedad no seca una lágrima, nunca resuelve un problema, en otras palabras “No sirve para nada”, son totalmente dañinas para nosotros y los que nos rodean, es contagiosa y se esparce para todos los que están a nuestro alrededor, es una estocada para Dios, por esto Jesús dijo enfáticamente “Hombres de poca fe”, recuerde que sin fe es imposible agradar a Dios; y remata diciendo: “Cuando te preocupas y cuando te afanas estás viviendo como un impío, recuerda que “Sin fe es imposible agradar a Dios”. Mateo 6:31-32 “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestr...